¿Dónde estamos las mujeres en el arte? Una nueva visión de la mano de Herstóricas
Las mujeres en el arte, al igual que nos ha ocurrido con la literatura y otras muchas disciplinas, hemos sido en mayor medida objeto y no sujeto de las grandes creaciones. Eso no quiere decir que no hayamos creado, aunque lo hemos hecho en menor medida por no disponer de las mismas oportunidades. Además, aún sin dichas oportunidades, cuando lo hemos hecho, se nos ha considerado inferiores y mediocres, invisibilizando nuestro trabajo.
Esto es lo que trata de visibilizar el grupo Herstóricas con su visita al museo del Prado Repensando a las mujeres en el arte.
A través de una serie de cuadros de algunos de los principales artistas de los siglos XVII y XVIII, tanto nacionales como internacionales, como Murillo, Goya o Rubens, se analiza cuál es el papel o papeles más importantes de las mujeres en el arte.
Las mujeres somos las protagonistas de innumerables cuadros, parece ser que aparecemos en más cuadros que hombres, sin embargo somos ceñidas a una serie de papeles muy reducidos. Uno de los que más se repiten es el de Virgen y Santa, siendo una de las protagonistas principales la Virgen María, como ejemplo de mujer ideal al cual aspirar por el resto de mujeres, aunque es del todo imposible lograrlo.
También aparecen como esposas, papel fundamental y que deben anhelar todas las mujeres. El destino de las mujeres era convertirnos en esposas sumisas, obedientes y dóciles de nuestros maridos, aún sin querer el matrimonio, ya que la mayoría de ellos eran matrimonios de conveniencia o mejor llamados, forzosos. Seguidamente, y una vez casadas, las mujeres deben convertirse en madres, ensalzando la maternidad como objetivo final de la vida.
La mitología juega también un papel relevante en la historia del arte, y como no, del papel que tienen las mujeres. Aquí, las mujeres somos representadas como diosas mitológicas sujetas a los cánones de belleza de la época y vistas también como objetos sexuales desde la visión masculina. Los desnudos son protagonizados por ellas, para deleite masculino, siempre siendo mujeres “irreales” para mantener, en cierto modo, el pudor de la época.
Finalmente, las mujeres, pueden aparecer también representando lo que una mujer no debe ser. Es decir, se representa también a la mala mujer, en contraposición de las mujeres que se han descrito anteriormente, especialmente la mujer virgen y la esposa y madre, que representan el ideal de mujer y el ejemplo a seguir. La “mala mujer” aparece como seductora, que engaña a los hombres y les hace salir del camino recto, que no tiene marido ni familia, y acaba sus días sola y sin nadie que la quiera.
Por tanto, el arte ha sido un mecanismo que a lo largo de la historia ha servido para marcar el camino que las mujeres debían seguir. Las mujeres no aparecemos como guerreras, sabias, intelectuales o estrategas, como los hombres. Sólo se nos asignan papeles sumisos, a la sombra de los hombres. Somos esposas y madres cuando somos mujeres reales, y si no, somos seres divinos, como la Virgen María o las Diosas mitológicas.
En definitiva ideales de mujeres inalcanzables que han provocado la sumisión, la discriminación y la violencia contra las mujeres y que se han seguido arrastrando hasta la actualidad. Una actualidad en que las mujeres seguimos teniendo ideales inalcanzables que menoscaban nuestras vidas.
De modo que se comprueba como las mujeres hemos sido inspiradoras y objeto de multitud de artistas y creaciones, pero, ¿No ha habido autoras importantes mujeres?
Por supuesto. Pero, ¿Dónde están? Hoy en día siguen invisibilizadas y sin ser reconocidas, sus obras siguen sin exponerse en grandes pinacotecas como el Museo del Prado, dónde sólo hay dos autoras mujeres, entre ellas Clara Peeters.
Pero esto no quiere decir que no haya más mujeres, sino que aún a día de hoy no se reconoce el trabajo que han hecho las mujeres en el arte. Un trabajo que sigue olvidado, o más bien dejado de lado a propósito. Porque no se puede decir que no haya mujeres que destaquen en el arte. Por ello, es de una gran relevancia la visibilización de su trabajo, recuperando su obra, sus aportaciones y en definitiva, su vida. Para poder ser así, un ejemplo que fragüe los sueños y las aspiraciones de las generaciones de hoy y mañana.