El concepto de «salario familiar»

 In Teoría Feminista

Aunque el concepto “salario familiar” pueda parecer obsoleto y desfasado, es de una gran trascendencia para la historia de las mujeres y del feminismo.

Porque, como dice Celia Amorós, “para politizar bien, hay que conceptualizar bien”.

Este término de “salario familiar” aparece con la caída del Antiguo Régimen y el desarrollo industrial del siglo XIX, cuando el trabajo asalariado pasa a tener un significado de independencia.

Esta concepción parte de la idea de que los salarios, o un único salario, deben ser suficientes para poder sostener a una familia.

Pero no los salarios de la población en general, sino el de los hombres, mientras que el salario que puedan ganar las mujeres se consideraría un suplemento (Spicker et al. 2009), al igual que su trabajo complementaría su labor principal como cuidadora.

Ese salario que ganaría el varón debería bastar para mantener a todos los miembros de su familia para que “no haya necesidad” de que la mujer trabaje.

Por tanto, este concepto también aporta significado a los roles patriarcales que deben cumplir tanto hombres como proveedores, como mujeres como cuidadoras (Spicker et al. 2009).

Amorós (2005), concibe el salario familiar como una institución en el que el cabeza de familia es el varón y este es quien aporta el salario que permite cubrir la manutención de las/os hijas/os y de la esposa, quién se dedica sólo al cuidado de las/os hijas/os y de la casa.

Por supuesto, el trabajo de cuidados que ejercen las mujeres sería un trabajo no remunerado.

Además, se confiere al varón mediante este salario, el ser titular de derechos directos.

En cambio, las mujeres lo son de derechos derivados por ser esposas del proveedor de recursos.

El hombre consigue ser independiente, sin embargo la esposa al no obtener un salario suficiente, es dependiente del marido (Amorós, 2005).

El matrimonio sigue siendo para las mujeres la única vía de independizarse de su familia de origen, dado que aunque trabajen, su salario no será suficiente para mantenerlas.

Asimismo, esa menor remuneración del trabajo de las mujeres, también va a implicar que el trabajo de estas se considere de menor valor.

Es decir, se pagará menos a las mujeres por varios motivos.

Por un lado, porque se considerará que las mujeres deben encargarse de los cuidados y quien debe aportar el dinero a la familia es el varón.

Por otro lado, porque se establecerá que el trabajo que hagan o puedan hacer las mujeres es de menor valor y por tanto debe tener menor remuneración y viceversa.

Con el auge del capitalismo, la mano de obra femenina se vuelve necesaria, sin embargo, deja de serlo por lo que Amorós (2005) define como un “pacto patriarcal interclasista”.

Se trata de un pacto entre el capitalismo y la clase obrera  (hombres) para no utilizar la mano de obra femenina y que éstas permanecieran en el hogar, ya que los obreros se resistían a que ellas lo abandonasen.

La jerarquía sexual termina por relegar a las mujeres al ámbito doméstico a pesar del interés del capitalismo por la mano de obra y así mantener el orden social a largo plazo implantándose como norma el salario familiar masculino (Amorós, 2005).

Si la mujer trabajaba fuera del hogar, su salario sería un suplemento que no permitía mantener una familia como el del hombre (Spicker et al. 2009).

Por tanto, la lucha obrera que supuestamente acabaría con todas las injusticias, incluidas las desigualdades derivadas de la jerarquía sexual, fue una falacia en lo que respecta a los derechos de las mujeres.

Los hombres, los obreros, priorizaron sus privilegios (que la mujer siguiera siendo una esclava doméstica) a los derechos de las mujeres, pactando con los patrones y capitalistas.

Porque, como dijo Flora Tristán, “Hay alguien todavía más oprimido que el obrero, y es la mujer del obrero”.

Este modelo, ha permanecido hasta finales del siglo XX.

La globalización neoliberal trae la necesidad que tanto el hombre como la mujer contribuyan con su salario al sostenimiento familiar porque los salarios se reducen y el gasto de vida aumenta.

Eso sí, ellas seguirán siendo más dependientes por ocupar los puestos más precarios (Amorós, 2005), de menor responsabilidad y peor remunerados.

El concepto de salario familiar, no solo hace referencia a una cantidad o a un término relacionado con los ingresos por un trabajo.

Lleva implícita una estructuración de la vida. Es decir, perpetua los roles tradicionales y está muy relacionado con la división sexual del trabajo que en la actualidad todavía sufrimos.

La sociedad actual viene derivada de esa estructuración social y económica que tenía como eje el salario familiar hace pocas décadas.

Todavía en la actualidad se sigue sufriendo ese modelo.

Un modelo basado en el varón proveedor y mujer cuidadora.

Seguimos viviendo una sociedad con una brecha salarial muy significativa, con techo de cristal, donde los puestos de liderazgo los ocupan los hombres.

Las mujeres siguen teniendo trabajos peor remunerados porque se consideran de menor valor.

Siguen reduciéndose la jornada y consecuentemente sus salarios para atender a sus hijas/os y a las personas mayores.

Y toda esta situación viene derivada en gran medida del “salario familiar” y de cómo mediante este se ha estructurado la sociedad capitalista.

Por tanto, es fundamental conocer conceptos como este para saber de dónde venimos y hacia dónde queremos ir.

Porque la opresión que sufrimos las mujeres tiene muchas caras y, aunque el origen de esta está en el patriarcado, este también tiene muchas vertientes que hay que conocer y una de ellas es el concepto de “salario familiar.”

BIBLIOGRAFÍA

  1. Amorós, C. (2005). Globalización y orden de género. En C. Amorós y A. De Miguel (coord.): Teorías feministas de la Ilustración a la globalización, 301-332. Madrid: Minerva Ediciones.
  2. Amorós, C. (2011). La globalización neoliberal ha sido nefasta para las mujeres. [En línea]. Recuperado de: http://www.pikaramagazine.com/2011/02/celia-amoros-%E2%80%9Cla-globalizacion-neoliberal-ha-sido-nefasta-para-las mujeres%E2%80%9D/
  3. Spicker et al. (2009). Salario familiar. [En línea]. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/clacso/crop/glosario/s.pdf

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