Las mujeres seguimos siendo «Miss Escaparate»
A pesar de los múltiples intentos que se han realizado para que la publicidad deje de ser sexistas, las mujeres seguimos siendo «Miss Escaparate». Como refleja perfectamente el documental Miss representation.
Los medios de comunicación denigran y deshumanizan a la mujer, ya que nos demuestra que da igual los estudios que tengamos, nuestros sueños, ambiciones, todo queda reducido a nuestro cuerpo. Creando una belleza extrema e imposible que no deja espacio a cuerpos reales, porque se excluyen una buena parte de las mujeres al no dejar sitio a aquellas que son maduras, imperfectas, gruesas, etc.
Lo peligroso de estos modelos es que no nos enseñan a disfrutar del cuerpo, a aceptarnos, queriendo conseguir unos ideales ilusorios y en consecuencia frustrantes.
Además, cabe señalar que presentar estos cánones de belleza inalcanzables conduce a un consumo que beneficia a los anunciantes, sin embargo a nivel individual produce insatisfacción, no aceptación personal y baja autoestima.
Dicho en otros términos, la felicidad se proyecta en un consumo de un cuerpo mercantilizado que nunca será liberador para la mujer, puesto que está ligado a los intereses del mercado.
Todo ello genera grandes influencias en las y los adolescentes:
A nosotras se nos impulsa a alcanzar unos cuerpos que conllevan a trastornos alimenticios, trastornos dismórficos, depresiones, trastornos por ansiedad, etc. Por otra parte, la invisibilidad que se produce en cuanto a los papeles que otorgan estos medios a las mujeres, produce que las niñas queden condicionadas y se limiten sus capacidades o sus ambiciones, puesto que como decía Marian Wright Edelman: “No puedes ser lo que no puedes ver”.
En todos los medios de comunicación, las mujeres son básicamente cuerpos de decorado (miss escaparate) para los jóvenes espectadores. Mientras que se muestra que ser hombre es ser poderoso, tener el control o que sus necesidades tienen prioridad sobre las de las mujeres, además ellos tienen el poder de opinar sobre tu cuerpo, de decir si es aceptable o no lo es. En los hombres esto también produce frustraciones cuando no se alcanzan estos estereotipos.
En el cine, solo un 16% de las películas son protagonizadas por mujeres. En algunas de estas han aparecido mujeres que tienen el poder, pero aunque actúen basándose en patrones masculinos, estas están cosificadas y existen para el espectador barón.
Además existe la hipersexualización incluso en las películas de dibujos animados, relacionando sexualidad y poder.
En el sistema patriarcal que ve a las mujeres como objeto, estas pierden importancia y credibilidad cuando ya no son sexualmente atractivas, siendo despedidas o llegando a cambiar su cuerpo para parecer más jóvenes y ser aceptadas.
Además, en muchas películas se demuestra como algunas de ellas consiguen el poder renunciando al amor, la familia, mientras que toda la película gira entorno a “ponerla en su lugar”, generalmente esto lo realiza una persona que está por debajo de ella, un empleado (generalmente un hombre), cosa que no beneficia a la idea del papel de la mujer como líder.
Por no hablar de los programas que demuestran a las mujeres como competitivas continuamente entre ellas, cosa que nos aleja del concepto de sororidad.
Dentro de este sector aparecen también las noticias, donde las mujeres con poder se ven como algo negativo, mientras que en los hombres es su “naturaleza”. Además en los medios de comunicación aparecen siempre las noticias relacionadas su aspecto físico, sin tener en cuenta otras cosas.
Por último pero no menos importante, cada vez aparecen más programas con contenido que incita a la violencia y que da lugar a perpetuaciones y normalizaciones en la sociedad de esta misma.
En este documental, se señala que existe una clara relación entre la violencia televisiva y las agresiones.
Además comenta que hay estudios en los que se prueba que los videojuegos y videoclips musicales sexualmente explícitos se relacionan con las violaciones y los abusos sexuales.
Tenemos la obligación como sociedad, de cambiar esta cultura que solo ve a las mujeres por su aspecto o su sexualidad. Porque las mujeres seguimos siendo «Miss Escaparate».
Es importante educar a las niñas para que sean lo que ellas decidan ser, todas las mujeres tenemos una voz que cuenta, donde nos acepten con nuestras diversidades y tengamos las mismas oportunidades que los demás para triunfar en la vida y conseguir nuestros sueños.
Tenemos que dejar de ser tratadas como «miss escaparate».