La historia silenciada de las víctimas de Jack el Destripador

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La historia silenciada de las víctimas de Jack el Destripador.

Puede que Jack “el destripador” sea el asesino en serie más famoso de la historia, pero poco ha trascendido acerca de sus víctimas. De ellas, solo ha llegado a nuestros días que eran prostitutas sin ni siquiera ser cierto.

La historia silenciada de las víctimas de Jack el Destripador merece dejar de estarlo y merece ser contada, porque tenían nombre y una historia propia.

Entre agosto y noviembre de 1888 Polly, Annie, Elisabeth, Catherine y Mary Jane fueron asesinadas por Jack el destripador en el barrio londinense de Whitechapel, una de las zonas más marginales y empobrecidas de la ciudad.

Los asesinatos fueron brutales y sembraron el terror por las calles del barrio durante meses. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, el asesino nunca fue atrapado. Este hecho ha favorecido la creación del mito de Jack el destripador.

Desde un primer momento, la policía asumió que las cinco víctimas eran prostitutas y que fueron asesinadas por un putero, aunque en ningún momento se investigó en profundidad quienes eran y qué fue de sus vidas hasta su asesinato.

Hasta nuestros días, la historia silenciada de las víctimas de Jack el Destripador no se ha conocido. Todo aquello que se ha querido que sepamos sobre ellas es que eran prostitutas.

Se asumió esto como un hecho sin tener pruebas.

La escritora Hallie Rubenhold con su libro The Five: The Untold Lives of the Women Killed by Jack the Ripper es la primera que investiga y trata de conocer quiénes eran Polly, Annie, Elisabeth, Catherine y Mary Jane.

Gracias a este libro hemos podido conocer de dónde venían estas cinco mujeres, dónde nacieron, cómo fue su infancia y adolescencia, quién era su familia y cómo acabaron viviendo las cinco en Whitechapel, su único nexo de unión.

No se conocían entre ellas y cada una tenía una historia diferente y única. Sin embargo, para la historia androcéntrica, las cinco eran solo cinco prostitutas, mujeres que habían caído en lo más bajo de la sociedad y eso las hacía prescindibles y quitaba gravedad a su asesinato.

Eran idénticas, intercambiables, no importaba su identidad. Por eso es fundamental ponerles nombre y conocer su historia.

La primera víctima de Jack el destripador fue Mary Ann Walker, más conocida como Polly.

Polly nació en una familia pobre que vivía en uno de los barrios más marginales de Londres. Al morir su madre por tuberculosis cuando ella tenía solo 7 años, tuvo que encargarse de las tareas de la casa,  solo por ser mujer.

Nada más cumplir la mayoría de edad, y probablemente deseosa de salir de esa situación de precariedad, se casó con William Nichols, con quien tuvo 5 hijos. Con él se mudó a un barrio y una casa mejores. Parecía que todo iba bien.

Sin embargo, su situación se vino abajo cuando descubre que su marido le es infiel con una vecina. Polly decide abandonar a su marido y a sus hijos, motivo por el que fue repudiada en una época en la que no existía el divorcio y las mujeres solo tenían cierto valor en la sociedad como madres y esposas.

Polly acabó su vida sola y pobre en Whitechapel, y por este motivo la policía creyó que era prostituta sin prueba alguna.

La segunda víctima fue Annie Chapman. Nacida fuera del matrimonio de Ruth y George Smith. Annie tuvo una vida bastante cómoda por ser hija de un militar hasta la muerte de su padre, hecho que dejó  a la familia sin ingresos económicos.

Cuando su padre muere, Annie tiene que ponerse a trabajar como empleada del hogar. En la casa donde trabaja conoce a John Chapman y rápidamente contraen matrimonio.

Su situación se trunca gravemente por su adicción a la bebida. A pesar de los ingentes esfuerzos de su hermana y su marido, no consigue salir de su situación y acabó, después de vivir con su madre un tiempo, viviendo y mendigando en Whitechapel.

En esa época, ser una mujer alcohólica, pobre y sin hogar era sinónimo de ser prostituta. Sin embargo no existe ninguna prueba de que Annie lo fuese.

La siguiente víctima fue Elizabeth. Emigró de Suecia para trabajar en el servicio doméstico y se quedó embarazada de su patrón, probablemente violada.

A raíz de su embarazo extra matrimonial, se la calificó como prostituta. Tiempo después descubrió que había contraído la sífilis y fue recluida en un hospital.

Cuando logra salir y encontrar trabajo en el servicio doméstico, conoce a John Stride y se casan, pero la relación disfuncional de la pareja unida a los problemas económicos hacen que Elizabeth le abandone.

El abandonar a su marido le conlleva graves dificultades para sobrevivir. Fue detenida por fraude, escándalo público, embriaguez y ofrecer sexo a cambio de dinero.

Es muy probable que la sífilis le estuviera causando problemas mentales.

La penúltima víctima fue Kate Eddowes. Tuvo una educación privilegiada, sin embargo, se quedó huérfana con tan solo 14 años y se fue a vivir con su familia paterna, a quienes prácticamente no conocía.

Comenzó a trabajar como empleada del hogar y en una fábrica, pero la pillaron robando. Eso supuso la vergüenza para la familia y Kate se marchó. Conoció a Tom Conway y empezaron un romance del que tuvieron hijos sin estar casados.

La situación pronto cambió y Tom empezó a maltratarla con brutalidad, también a sus bebés. Para poder sobrellevarlo, empezó a beber.

La pareja se separa, toda su familia reniega de ella y acaba en las calles de Whitechapel en una situación sumamente precaria.

Por último, Jack el destripador asesinó a Mary Jane Kelly, de quien se ha obtenido muy poca información.

Se sabe que a los 20 años vivía en un burdel y era prostituta en uno de los mejores barrios de Londres.

Probablemente después fue víctima del tráfico sexual en París hasta que logró escapar y regresar a Londres. Allí volvió a ejercer la prostitución en Whitechapel hasta que fue asesinada.

Por tanto, atendiendo a los datos que Hallie Rubenhold ha obtenido con su exhaustiva investigación, solo se ha podido demostrar que dos de ellas eran prostitutas, las otras tres no.

Aquello que sí que tenían en común todas, era que nacieron mujeres en una época, la victoriana, en que ser mujer y pobre te colocaba en el último escalón de la jerarquía sexual y económica.

Una época en la que dependías totalmente de los hombres, o de tu padre o de tu marido, para poder subsistir.

Un tiempo en el que vivir sola era sinónimo de ser prostituta y en el que si las mujeres poco valían, las prostitutas no valían nada.

La historia silenciada de las víctimas de Jack el destripador es la historia de Polly, Annie, Elisabeth, Catherine y Mary Jane. Mujeres con nombre, historia e identidad propias.

Mujeres que no pudieron elegir su destino, este estaba condicionado desde su nacimiento por su condición de pobreza y por ser mujeres.

Su historia la han escrito los hombres, el patriarcado y nos han contado que “eran simplemente prostitutas”. Que su vida y su historia no interesaban, no valían.

Sin embargo, debemos saber quiénes eran, se lo debemos, porque conociendo e interesándonos por la vida de estas mujeres podemos devolverles la dignidad que les ha robado la historia.

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